viernes, 14 de enero de 2011

Ejercicios de Autoevaluación de la Comprensión Lectora



Un lector competente debe ser capaz de construir el significado de un texto a partir de sus conocimientos previos y la información que éste le aporta. Comprender un texto supone una serie de procesos que permiten construir el sentido de lo que se está leyendo. Dichos procesos se llevan a cabo desde distintos niveles. El léxico y el sintáctico permiten descodificar las palabras y estructuras de las oraciones. El semántico comprueba la coherencia. Por último, el nivel referencial pone lo leído en relación con lo conocido.

Por Nuria Carriedo Profesora titular
   Departamento Psicología evolutiva
 UNED
La comprensión lectora es el resultado de la interacción entre el lector y el texto fruto de la cual el lector va construyendo el significado del texto a partir tanto de sus conocimientos previos como de la información concreta que el texto le proporciona. Durante este proceso, el lector va elaborando una serie de representaciones del contenido del texto que van actualizándose a medida que se avanza en la lectura –y por lo tanto son cambiantes–, al tiempo que van haciéndose progresivamente más complejas hasta desembocar, cuando la comprensión es completa, en la elaboración de un modelo mental de la situación global que el texto evoca.

Llegar a este tipo de representación no es fácil. Depende tanto de las características del lector como de la dificultad del texto y, muy especialmente, de cómo el lector vaya subsanando las dificultades que encuentre en los distintos niveles de comprensión que el texto exige. Pero para subsanar las dificultades primero hay que detectarlas. Por ello, es especialmente importante que el lector vaya autoevaluando su comprensión a medida que lee para poder adoptar estrategias adecuadas que le permitan enfrentarse a los diferentes problemas de comprensión que se le pueden presentar. Es decir, es necesario dotar al lector de estrategias para la supervisión y el control de su propio proceso de comprensión1.

Sin embargo, no todas las dificultades tienen la misma naturaleza ni tampoco exigen las mismas soluciones. No es lo mismo el problema de comprensión que puede suscitar el no comprender una palabra, que el que plantea no saber establecer niveles de importancia entre las ideas del texto. Por lo tanto, las estrategias para solucionarlos tampoco pueden ser las mismas. Por ello, para que un lector pueda autoevaluarse, para que sea capaz de supervisar y regular su propio proceso de comprensión, es preciso que posea al menos una idea general de en qué consiste este proceso para poder detectar la naturaleza de las dificultades y adoptar las estrategias adecuadas para subsanarlas.
Veamos, pues, brevemente a partir de un texto concreto en qué consiste este proceso, tomando como referencia el siguiente texto2:

«La población del mundo no se distribuye por igual. Muchas zonas no tienen casi habitantes, están vacías de población: por ejemplo, los desiertos cálidos, como el desierto del Sahara, y los desiertos helados, como los polos. Por el contrario, otros lugares de la Tierra están densamente poblados. En ellos hay mucha gente en territorios pequeños: por ejemplo, en la India, China y Japón, vive casi la mitad de la población del mundo; y en Europa y Estados Unidos hay también una gran población.»
Lo primero que tiene que conocer el lector es que comprender un texto no es una cuestión de todo o nada, sino que es un proceso que requiere ir construyendo progresivamente el significado a diferentes niveles: palabra (procesamiento léxico), frase (procesamiento sintáctico y semántico) y texto (procesamiento semántico). Además, debe ser capaz de relacionar el contenido del texto con sus conocimientos previos (procesamiento referencial). En el siguiente cuadro pueden verse esquemáticamente los procesos implicados, su contribución a la comprensión y las posibles dificultades que pueden producirse en cada uno de los niveles.


Procesos implicadosContribución a la comprensiónPosibles dificultades
Procesamiento léxicoCodificación de los patrones ortográficos de las palabras
Reconocimiento de las palabras
Permite el acceso al significado de las palabrasNo se entiende
el significado
de las palabras
Procesamiento sintácticoIdentificación de las relaciones estructurales de las palabrasPosibilita la transformación de cadenas de palabras en una representación semánticaNo se entiende
lo que quiere decir la frase
Procesamiento semánticoConstrucción de la microestructura o base textual
Construcción de la macroestructura
Construcción del significado del texto a través del establecimiento de la coherencia local y globalNo se entiende cómo se relacionan las ideas o frases del texto en sí.
Se tiene dificultad para establecer distintos niveles de importancia entre las ideas del texto.
Procesamiento referencialElaboración de un modelo de la situación o modelo mental que el texto evocaConexión entre la información del texto y los conocimientos previos del lector: APRENDIZAJENo se logra conectar la información
que aparece en el texto con los conocimientos del lector.
Dificultades para aplicar la información del texto a la solución de problemas concretos.

Comencemos con el procesamiento léxico. Para realizarlo, el lector debe ser capaz de decodificar los caracteres ortográficos y acceder al significado de las palabras. La rapidez con la que se decodifican las palabras, así como el número de palabras cuyo significado se desconoce, es un primer nivel que condiciona la comprensión a otros niveles. Un adecuado procesamiento léxico implica que los lectores conozcan el significado de los términos utilizados, pero también de conceptos abstractos que pueden resultar claves para comprender el texto.

Cuando se desconoce el significado de algunos términos, el lector debe darse cuenta de que eso puede ser una posible fuente de dificultades para comprender el texto (en nuestro texto, eso podría ocurrir si se desconoce, por ejemplo, el significado de «densidad»). Pero, además, debe conocer que puede utilizar distinto tipo de estrategias para buscar y/o inferir su significado. Sin embargo, no todas las estrategias son igualmente apropiadas sino que varían dependiendo del problema de comprensión de que se trate y del momento de la lectura en que se detecte. El proceso de autoevaluación requiere no sólo darse cuenta de que puede producirse un fallo de comprensión sino también de las estrategias que pueden resultar más adecuadas para remediarlo. Veámoslo en el siguiente cuadro.

Evaluación de la dificultad Estrategias a adoptar en función de la evaluación
(en orden de preferencia)3
La palabra o el concepto no es relevante para comprender el significado global del texto.Ignorar la palabra en cuestión y seguir leyendo.
La palabra o el concepto es relevante para comprender el significado del texto.
  1. Primero, tratar de utilizar estrategias que no interrumpan el curso de la lectura.
  2. Buscar indicios en el contexto del texto que permitan derivar el significado de las palabra, como definiciones directas, aposiciones, o claves de distinta naturaleza (de equivalencia, temporales, espaciales, valorativas, descriptivas, causales o de pertenencia) que permitan inferir su significado.
  3. Utilizar estrategias para derivar el significado de las palabras a partir del contexto interno de las mismas, por ejemplo, eliminado o añadiendo prefijos o sufijos.
  4. Sólo en el caso de que no se pueda hacer lo especificado en el punto 1, se puede consultar una fuente externa: buscar en el diccionario, preguntar a un compañero, preguntar a la profesora, pero siempre es preferible hacerlo antes de empezar a leer o después de la lectura, no durante la misma.


El reconocimiento de las palabras y el acceso a su significado producto del procesamiento léxico son condiciones necesarias para la comprensión del texto, pero no suficientes. El lector necesita no sólo conocer el significado de las palabras individuales sino también cómo éstas se agrupan para transmitir un mensaje. Esto se logra mediante el procesamiento sintáctico, el cual permite identificar el tipo de palabras y estructuras que componen una oración (verbo) y las relaciones jerárquicas entre los distintos constituyentes de la oración (coordinación, subordinación, etc.). Por ejemplo, para comprender la frase «La población del mundo no se distribuye por igual», el lector tiene que llegar a asignar el papel de sujeto a la población del mundo y el de predicado a no se distribuye por igual; ha de darse cuenta de que el núcleo del sujeto es población y que el verbo es se distribuye, etc.

Esto no significa que para comprender un texto sea necesario hacer un análisis sintáctico completo de la oración, pero sí un análisis suficiente como para poder establecer relaciones entre las palabras y los constituyentes que componen la frase. En este sentido, se ha observado que, si bien se puede comprender el texto cuando el análisis sintáctico no se realiza adecuadamente, si esto ocurre la comprensión global del mismo se ve deteriorada. Por lo tanto, cuando el lector se da cuenta de que no comprende una frase puede hacerse un conjunto de preguntas que le sirvan para autoevaluar si la dificultad tiene que ver con el procesamiento sintáctico. A modo de guía pueden considerarse las preguntas que aparecen en el siguiente cuadro.

EVALUACIÓN DE LA DIFICULTADPOSIBLES ESTRATEGIAS
No entiendo lo que significa una frase.

  1. ¿Sé identificar los principales constituyentes de la frase, como el sujeto y el predicado?
  2. ¿El significado de palabras importantes de la oración, como el verbo o el sujeto, me ayudan a establecer su significado?
  3. ¿El orden de las palabras me proporciona algún indicio sobre el significado de la frase? Si varío el orden de las palabras en la frase, ¿cambia su significado?
  4. ¿Utilizo las palabras funcionales (preposiciones, conjunciones, artículos, etc.) para determinar cuándo empieza un nuevo constituyente sintáctico?
  5. ¿Utilizo la clase de palabra –nombre, adverbio, verbo, etc. – para determinar cuál es su función en la frase?
  6. ¿Los signos de puntuación me ayudan a comprender la relación entre las distintas partes de la oración?
  7. ¿Utilizo las conectivas para determinar las relaciones de coordinación/subordinación entre los distintos componentes de la frase?


Aunque el análisis sintáctico es un paso más hacia la comprensión del texto, es necesario, además, realizar un procesamiento semántico del mismo para extraer su significado global. Para ello, es preciso que los lectores integren la información del texto en un todo coherente. Esto requiere construir la coherencia textual a dos niveles distintos:

  • Coherencia local: establecimiento de relaciones semánticas tanto dentro de cada frase como entre una frase y las frases adyacentes.

  1. Respecto a cada frase, consiste en la asignación de roles semánticos a los distintos constituyentes de la frase. Esto es, se trata de determinar el significado de la frase en términos de quién hace la acción (agente), quién la recibe (receptor), hacia qué o quién se dirige la acción (objeto), cuál es la meta de la acción etc.
  2. Entre una frase y las frases adyacentes: en este caso, el lector tiene que tomar conciencia de cómo las frases del texto se relacionan entre sí. Cuando un texto es coherente, sus ideas se relacionan mediante la repetición de argumentos. Si el lector se da cuenta de esto, podrá relacionar unas ideas con otras, y en su defecto, realizar inferencias que –desde su conocimiento previo– le permitan rellenar o completar las lagunas que puede presentar el texto.
En el siguiente cuadro se presenta un ejemplo de cómo se repiten los argumentos (resaltados en naranja) que hacen referencia a un mismo campo semántico, a través de las distintas ideas del texto dela población.

P1. La población del mundo no se distribuye por igual.

P2. Muchas zonas no tienen casi habitantes.
P3. están vacías de población
P4. (ej. zonas despobladas) por ejemplo, los desiertos cálidos
P5. (ej. zonas despobladas), desiertos helados
P6. (ej. desierto cálido) como el desierto del Sahara,
P7. y
P8. (ej. zonas despobladas) los polos.
Por lo tanto, para evaluar si un texto es coherente a este nivel, el lector debería hacerse la siguiente pregunta con la consiguiente toma de decisiones

¿Existe repetición de argumentos, es decir, solapamiento entre las proposiciones o ideas?SiEl texto es coherente
NoEs necesario realizar inferencias para completar las huecos. Éstas se añaden, como otras proposiciones, o ideas a la base del texto



El resultado de este proceso es un listado de ideas (base textual o microestructura) conectadas entre sí mediante la repetición de argumentos o la correferencialidad, la cual es producto tanto de las ideas originales del texto como de las inferencias que haya ido realizando el lector.



  • Coherencia global: ordenación de los referentes del discurso en torno a una idea global que aglutina el significado del resto de las ideas del texto. En este caso se trata de construir una representación del significado del texto –denominada macroestructura– que organice las ideas de forma jerárquica en torno al tema o la idea principal. En nuestro ejemplo, podría ser una representación jerárquica como ésta:
Como se ve, la representación jerárquica (macroestructura) está formada por un conjunto de proposiciones o ideas organizadas jerárquicamente en niveles de importancia que sólo hace referencia a los puntos centrales del texto. Se construye mediante la aplicación de una serie de reglas a la base proposicional del texto (o microestructura) que permiten suprimir la información redundante (supresión); seleccionar las ideas que son más importantes (selección); sustituir ideas que comparten un significado común por otra de carácter más general que las engloba (generalización); o reemplazar un conjunto de ideas por sus consecuencias (construcción-integración).

La aplicación de estas reglas permite ir reduciendo la información textual a sus elementos o ideas más importantes. Son de carácter recursivo; es decir, se aplican una y otra vez sobre la base del texto o sobre macroproposiciones (ideas de un nivel jerárquico superior) hasta derivar una idea principal de alto nivel, que en nuestro ejemplo es: «La población del mundo no se distribuye por igual».

Como estamos viendo, la construcción de la macroestructura permite identificar la información más importante del texto. En su proceso de construcción influyen muchos factores, entre los que cabe destacar los siguientes: 

  • Utilización de señalizadores de la importancia de las frases: títulos, subtítulos y encabezamientos, posición de la frase temática o idea principal al principio del texto, resúmenes, organizadores previos, cuestiones o recordatorios. Estos señalizadores pueden utilizarse para identificar rápidamente la idea principal del texto.
  • Utilización de las distintas estructuras de texto. Las estructuras de texto son esquemas de tipos de textos convencionales que especifican cómo se organizan las ideas en los textos. Su conocimiento facilita la generación, recuerdo y reproducción de la información más importante (macroestructura).
Tipos de estructuras textuales: 
Textos narrativos:

Personajes, situación, problema, acción y desenlace  

Personajes expositivos:

Generalización la idea principal está normalmente explícita al principio del texto. Suele aparecer en forma de definición. El resto de las ideas son ejemplificaciones o especificaciones de la misma. 

Descripción/Enumeración: aparecen en el texto los distintos hechos o características de los objetos, bien numerados de forma específica o sin numerar. 
Clasificación:  se describen conjuntos de elementos o personas agrupados en categorías, al tiempo que se proporciona un sistema de clasificación para ser utilizado con posterioridad. 
Comparación-contraste: se muestran las relaciones de semejanza/diferencia entre objetos o conjuntos de objetos.
Causa-efecto: se describen una causa o conjunto de causas y sus posibles consecuencias.
Problema-solución: se describe algún tipo de problema junto con una solución o soluciones que se ha dado al mismo.
Secuencia: se describen una serie de hechos sucesivos o los pasos que se dan en un proceso.
Argumentación: en estos textos el autor trata de convencer al lector de una determinada conclusión o tesis, aduciendo razones para ello.
La estructura del texto es importante porque permite saber cuál es la idea principal del texto. Para determinarla, el lector primero tiene que preguntarse de qué trata el texto. En nuestro ejemplo, esta pregunta se respondería con la población porque es la palabra que más se repite en la base del texto (microestructura). Pero además, ha de preguntarse lo que el autor del texto dice sobre el tema. Para saberlo, el lector puede utilizar diversas estrategias:




  1. Utilizar el conocimiento sobre las estructuras textuales y de cómo la forma en que el autor organiza la información en el texto determina lo que considera más importante. Una buena estrategia para identificar la idea principal es preguntarse sobre el tema y sobre lo más importante que el autor dice sobre el mismo, lo cual normalmente está señalizado por la estructura textual (una definición en el caso de los textos de generalización, el conjunto de semejanzas y diferencias en el caso de los de comparación/contraste, la secuencia completa de pasos en el caso de los de secuencia, etc.). 

    Idea principal = tema + lo que se dice sobre el tema (señalizado por la estructura textual)

    En nuestro ejemplo, el lector ha de darse cuenta de que está ante un texto de comparación-contraste en el que el hace una afirmación que implica un contraste («la población del mundo no se distribuye por igual») que sirve para diferenciar dos grandes zonas: pobladas y despobladas. La idea principal, pues, corresponde a la comparación principal junto con las dos zonas diferenciadas que establece el autor. 
  2. Consultar la representación jerárquica de las ideas del texto (macroestructura) lo que le permitirá identificar cuál es la idea de más alto nivel o idea principal: «La población del mundo no se distribuye por igual, hay zonas muy pobladas y zonas muy despobladas».
En los libros de texto, normalmente la idea principal está marcada por la estructura textual porque el autor ya organiza las ideas con la intención de señalizar lo que considera más importante. Sin embargo, a veces la relevancia textual también viene marcada por factores contextuales, como son las metas o esquemas de conocimiento del lector, los cuales pueden llevar a seleccionar como importante una información u otra dependiendo del propósito con el que se lea.

Sin embargo, no podemos decir que el proceso de comprensión es completo si el lector no puede relacionar el contenido que aparece en el texto con sus conocimientos previos (procesamiento referencial); es decir, si no llega a construir una representación de la situación que el texto evoca, para lo cual tiene que ir activando su conocimiento sobre el tema no sólo antes de la lectura, sino durante todo el transcurso de la misma.

En nuestro ejemplo, la representación referencial sería parecida a lo que se muestra en el gráfico donde el lector podría ir situando las zonas más o menos pobladas.

La autoevaluación de la comprensión desde el punto de vista semántico requiere ir preguntándose por la coherencia local y global en un proceso similar al que hemos seguido en la exposición, que resumimos en la siguiente tabla.

EVALUACIÓN DE LA DIFICULTAD POSIBLES ESTRATEGIAS
No entiendo lo que significa una frase.
  1. ¿He podido identificar el agente, el receptor, el objeto o la meta de la acción?
  2. ¿Esta identificación me ha permitido establecer relaciones de significado entre las distintas palabras de la frase?
No entiendo cómo se relacionan las frases entre sí.

  1. ¿He buscado palabras o conceptos que se repitan a lo largo de un párrafo?
  2. ¿He realizado inferencias a partir de mi conocimiento previo para completar las lagunas del texto?
No soy capaz de identificar cuál es la información más importante del texto.
  1. ¿He suprimido información redundante?
  2. Cuando se presentan especificaciones o ejemplificaciones, ¿he buscado el concepto más general que las puede englobar?
  3. ¿He inferido consecuencias a partir de la información que se proporciona en el texto?
  4. ¿Me he preguntado de qué trata el texto para identificar el tema?
  5. ¿He identificado señalizadores como el título, subtítulos, marcadores estructurales, etc. para tratar de identificar la estructura textual?
  6. ¿He identificado el tipo de organización de las ideas que hace el autor para ayudar a identificar lo que considera importante?
  7. ¿He realizado una representación jerárquica de las ideas del texto?
  8. ¿He «consultado» la representación jerárquica para ver cuáles son las ideas más generales que engloban a todas las demás?
No soy capaz de relacionar el contenido del texto con mi conocimiento previo o de aplicarlo a la solución de problemas concretos.

  1. ¿He activado lo que sé del tema antes de empezar a leer y durante la lectura?
  2. ¿He intentado integrar lo que yo sé del tema del texto con lo que me dice el autor?
  3. ¿Conozco lo suficiente del tema como para poder integrar la nueva información que me proporciona el texto?
  4. ¿Puedo buscar nueva información que me permita integrar lo que me dice el texto?



Notas
  1. Véase a este respecto el capítulo de MateosSubir
  2. Somos conscientes de que este texto es demasiado sencillo para alumnos de Bachillerato. Sin embargo, lo hemos elegido siguiendo criterios de simplicidad de cara a la exposición. Todo lo ejemplificado para este texto concreto puede aplicarse a cualquier tipo de texto expositivoSubir
  3. Téngase en cuenta que en aras a construir la coherencia global del texto siempre que sea posible es preferible utilizar estrategias que no supongan dejar de leer para luego continuar con la lectura, como sucede en el caso de que se utilice una fuente externaSubir



Bibliografía


Cómo enseñar a comprender un texto
Carriedo, N. y Alonso Tapia, J.
Cuadernos del ICE, 10. UAM. Madrid. 1994



Psicología de la Lectura
Cuetos, F.
Escuela Española. Madrid. 1996



Comprensión y redacción de textos
Sánchez, E.
Edebé. Barcelona. 1998

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