miércoles, 1 de junio de 2011

martes, 31 de mayo de 2011

"Sueño", "libertad" y "tú" encabezan las palabras favoritas del español



"Sueño", "libertad" y "tú" encabezan las palabras favoritas del español

Efe | Madrid, España | El Colombiano - Publicado el 31 de mayo de 2011
"Sueño", "libertad", y "tú", son las tres palabras de la lengua española más votadas hasta este martes por los navegantes con motivo del Día E, la fiesta del español, que se celebrará el próximo 18 de junio.
Alma, belleza, alborada, espíritu, fútbol, gracias, melifluo, murmullo o resplandor son otros de los más de treinta vocablos que personalidades de habla hispana han propuesto para que los cerca de 500 millones de hablantes de español elijan su preferida en la página web www.eldiae.es.
Qué palabra había elegido cada personaje ha sido hasta hoy un secreto, pues el Instituto Cervantes ha desvelado la lista completa de las personalidades y sus correspondientes palabras.
Así, flamenco es la preferida de Alejandro Sanz, bailamos la de Alicia Alonso, resplandor la palabra favorita de la última Premio Cervantes Ana María Matute o meliflua la de Shakira.
Para Vicente del Bosque, fútbol; murciélago para Boris Izaguirre y alegría, equilibrio, espíritu o alma las favoritas de Antonio Banderas, Andreu Buenafuente, Isabel Allende y Ferrán Adrià, respectivamente.
España, México, Estados Unidos y República Dominicana son, a día de hoy, los países más activos de la plataforma, que ha registrado más de 217.000 páginas vistas, cerca de 10.000 votaciones y 1800 comentarios.
La votación de palabras continuará hasta la celebración, el 18 de junio del Día E, que este año cumple su tercera edición y estará protagonizada como en ocasiones anteriores por la lluvia de palabras en todas las sedes de los 78 centros del Instituto Cervantes distribuidos en 44 países.
Como novedad, las serpentinas de palabras de otros años se cambiarán en el caso de Madrid por 4.000 globos -la mitad caerán desde lo alto de la fachada del Cervantes y los otros 2.000 subirán desde el suelo-, de los que saldrán palabras al explotar.

"Sueño", "libertad" y "tú" encabezan las palabras favoritas del español


"Sueño", "libertad" y "tú" encabezan las palabras favoritas del español

Efe | Madrid, España | El Colombiano - Publicado el 31 de mayo de 2011
"Sueño", "libertad", y "tú", son las tres palabras de la lengua española más votadas hasta este martes por los navegantes con motivo del Día E, la fiesta del español, que se celebrará el próximo 18 de junio.
Alma, belleza, alborada, espíritu, fútbol, gracias, melifluo, murmullo o resplandor son otros de los más de treinta vocablos que personalidades de habla hispana han propuesto para que los cerca de 500 millones de hablantes de español elijan su preferida en la página webwww.eldiae.es.
Qué palabra había elegido cada personaje ha sido hasta hoy un secreto, pues el Instituto Cervantes ha desvelado la lista completa de las personalidades y sus correspondientes palabras.
Así, flamenco es la preferida de Alejandro Sanz, bailamos la de Alicia Alonso, resplandor la palabra favorita de la última Premio Cervantes Ana María Matute o meliflua la de Shakira.
Para Vicente del Bosque, fútbol; murciélago para Boris Izaguirre y alegría, equilibrio, espíritu o alma las favoritas de Antonio Banderas, Andreu Buenafuente, Isabel Allende y Ferrán Adrià, respectivamente.
España, México, Estados Unidos y República Dominicana son, a día de hoy, los países más activos de la plataforma, que ha registrado más de 217.000 páginas vistas, cerca de 10.000 votaciones y 1800 comentarios.
La votación de palabras continuará hasta la celebración, el 18 de junio del Día E, que este año cumple su tercera edición y estará protagonizada como en ocasiones anteriores por la lluvia de palabras en todas las sedes de los 78 centros del Instituto Cervantes distribuidos en 44 países.
Como novedad, las serpentinas de palabras de otros años se cambiarán en el caso de Madrid por 4.000 globos -la mitad caerán desde lo alto de la fachada del Cervantes y los otros 2.000 subirán desde el suelo-, de los que saldrán palabras al explotar.

Sinopsis de Opio en las nubes

OPIO EN LAS NUBES: 
EL SINO TRÁGICO DE LA GENERACIÓN ROTA

Desde hace algunos años, y especialmente en la población juvenil, se ha hecho popular la novela Opio en las nubes (2002) del desaparecido Rafael Chaparro Madiedo. No existe en esta narración una anécdota que domine su estructura sino que se desarrollan, de manera fragmentaria y aleatoria, múltiples historias dentro de la ciudad. Para lograr este efecto, la novela tiene 3 narradores: un gato, llamado Pink Tomate, que desde los tejados y las calles desérticas, descubre las intimidades de una ciudad nocturna, en ocasiones violenta e incomprensible; Sven, joven que narra desde un lugar más allá de la existencia, cuáles han sido algunas de las circunstancias de su vida, e incluso se permite dialogar en un bar con Max y Gary Gilmour, otros dos célebres muertos; el tercero es un narrador que está por fuera de la historia, cuya voz alcanza matices poéticos. Todos ellos relatan amores desgarrados, destinos tormentosos de una juventud desconcertada, entregada a las más variadas tareas para lograr la felicidad.

El sino trágico de esta generación es no obtener satisfacción en ninguna parte, y desgastarse hasta el cansancio por hallarla. Por tal motivo, los personajes tributan una fascinación por las experiencias extremas que los acerquen a la felicidad sensual buscada constantemente: la mujer que asesina a su amante en la plenitud sexual; la que sólo hace el amor frente a un espejo; el hombre que se sumerge en la heroína y el alcohol hasta morir; el condenado a muerte que pide que lo electrocuten rápido mientras canta I can´t get enough satisfaction, los muchachos que se encierran todo el día a observar revistas pornográficas. Como algunas canciones de rock, el frenesí se toma la mentalidad de los personajes que recorren el camino de la vida azarosa en busca de algo incierto.

La búsqueda termina por agotar su existencia: luego de tantas incursiones en situaciones extremas, esos seres novelescos terminan rotos, concientes de la imposibilidad de hallar la felicidad y la satisfacción en la vida terrenal. En este sentido, asegura uno de los personajes de la novela que “La tristeza es como si siempre tuvieras hambre de todo”: y en efecto produce amargura tener la convicción de ser siempre como piedras rodantes, golpeando en cada arista de la vida con la sensación extrema de vacío.

Una vez se tiene conciencia de que no se hallará la felicidad , se cae en la desesperanza, en un estado en que nada importa realmente: “cielo azul – dice uno de los narradores - era caminar por los parques sin pensar en nada, cielo azul era tener cara de berenjena y no importarle, cielo azul era tener una botella de whisky siempre al lado, cielo azul era caminar descalzo sobre la arena de la playa...” La evidencia del fracaso del mundo burgués occidental se concentra en los personajes de Opio en las nubes porque ellos ya no creen en los proyectos individuales, en el éxito económico logrado a partir del trabajo, en la vida sobria y sometida a las reglas que han creado las sociedades de occidente. Como algunas expresiones dentro del rock, los personajes de la novela de Chaparro Madiedo explotan la irreverencia frente a los proyectos que la humanidad ha construido, pero en este viaje terminan por convertirse en fragmentos de seres humanos inconclusos.

Todos estos ires y venires de la juventud, se narran en Opio en las nubes con un lenguaje que pareciera emerger de los estados alucinatorios, desde imágenes – en ocasiones poéticas – que violan toda lógica racional. El hecho mismo que Sven relate desde su propia muerte con mucha naturalidad, o que dos personajes observen un avión realizando bocetos de pinturas en el cielo, o que en ocasiones los seres observen extraños mundos que mezclan la realidad y la fantasía, es una evidencia de que la misma narración se apropia de los estados vividos en medio del consumo de las drogas y el alcohol.

La novela muestra entonces a personajes y narradores ingiriendo - metafórica y físicamente - el opio de las nubes, para huir de la tragedia de la existencia: duro destino, expresado con un afán experimental en la novela de Chaparro Madiedo y que construye un fresco de una de tantas generaciones rotas que nos circundan.

Leonardo Monroy Zuluaga lmonroyz@ut.edu.co

Ficha del libro: Chaparro Madiedo, Rafael. Opio en las nubes. Bogotá: Círculo de Lectura Alternativa, Editorial Babilonia, 2005.

“10 estrategias de manipulación" mediática para controlar e imponer el poder a las masas

El padre de la Psicolingüística Noam Chomsky

El lingüista Noam Chomsky elaboró la lista de las “10 Estrategias de Manipulación” que se utilizan, a través de los medios, para arrearnos:

1. La estrategia de la distracción

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. “Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar (ver "Armas silenciosas para guerras tranquilas")

"El terror se basa en la incomunicación y el aislamiento " (Rodolfo Walsh).

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: Dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana (Delincuencia), u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de, estrictas, políticas y leyes de seguridad en perjuicio de su propia libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales, privatizaciones y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3. La estrategia de la gradualidad

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos (Como se viene haciendo con ciertas privatizaciones). Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado de bienestar mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si se hubiesen aplicado de una sola vez.

4. La estrategia de diferir

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa, pero necesaria” (Como la actual reforma a la edad de las pensiones del Gobierno y la oposición española), obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “después de esto todo irá a mejor y el sacrificio podrá ser evitado”. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad o enfermos mentales

La mayoría de la publicidad televisiva dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y una entonación particularmente infantil, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más grande sea el engaño al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantil. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos años de edad" (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”).

6. Utilizar el aspecto emocional más que el reflexivo

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar Shock, una suerte de corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. (Ejemplo mostrar una y otra vez a víctimas de un desastre, un atentado o de una crisis económica, para utilizarlas como justificante y así llevar a cabo “Decisiones impopulares, pero necesarias”)  Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…

"El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Nada grande se puede hacer con la tristeza" (Arturo Jauretche)

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad

Hacer que el público sea incapaz de comprender las técnicas que influyen directamente en él  y los métodos utilizados para su control y esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible con el acceso a la menor cantidad de información verdadera, de forma que la distancia de la ignorancia que se planea entre las clases inferiores y superiores parezca, sea y permanezca inalcanzable para las inferiores"

“La mayoría de los profesores enseñan hechos, los buenos profesores enseñan ideas y los grandes profesores enseñan cómo pensar” (Jonathan Pool)

"La ignorancia es el peor enemigo de la civilización, y la ignorancia suele ser, en sus efectos, tan malvada como la propia maldad" (Eugenio María de Hostos)

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad

Promover al público a creer que es “La moda” ser simple, estúpido, vulgar e inculto. Instando a tratar como a “Bicho raro” a quien piensa más de la cuenta. ¿Irónico no?

9. Reforzar la auto-culpabilidad

Hacer creer, al individuo, que él es el único culpable de su propia desgracia, por causa de su poca inteligencia, mínimas capacidades, o de su insuficiente esfuerzo. Así, en lugar de rebelarse en contra del injusto sistema económico en el que vive, el individuo se auto-desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción.

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “Sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder de manipulación y utilización de los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.   

Referencia:

Artículo redactado por Sylvain Timsit, recogido en Pressenza: “10 Estrategias de Manipulación” de los medios. Paris. 21 de septiembre de 2010. A su vez dicho artículo deriva de: http://www.syti.net.

Armas silenciosas para guerras tranquilas. Este documento con fecha Mayo de 1979, fue  encontrado el 7 de Julio de 1986 en una fotocopiadora IBM comprada en una subasta de material militar. Negligencia o fuga intencional, este texto ha estado en posesión de los servicios secretos de la US Navy. En el documento, por seguridad, no figura la firma de la organización de donde proviene. Pero recortes de informaciones y fechas dejan suponer que se trata del Grupo de Bildergerg, un "club de reflexión" que reúne personas extremadamente poderosas de los mundos de las finanzas, de la economía, de la política, de las fuerzas armadas y de los servicios secretos. Publicado en anexo en el libro " Behold a pale horse " de William Cooper, Light Technology Publishing, 1991. <http://www.syti.net/ES/SilentWeapons.html>.

Sal con una chica que no lee... Por Charles Warnke

Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela. 

Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta. 

Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe. 

Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.

Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato. 

Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo countinuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida. 

Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza. 

No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.

Referencia: 
Salir con chicas que no leen/ Salir con chicas que leen (Artículo).Rosemary URQUICO, Rosemary y WARNAKE, Charles. Tomado de: El malpensante.com <http://elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=1904&pag=1&size=n>.

Sal con una chica que lee... Por Rosemary Urquico



Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca. 

Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.

Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.

Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella. 

Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace. 

Por lo menos tiene que intentarlo.

Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo. 

Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos. 

¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la sagaCrepúsculo. 

Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.

Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.

Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.

O mejor aún, a una que escriba.

Referencia: 
URQUICO, Rosemary. Sal con una chica que lee. Tomado de: El malpensante.com <http://elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=1904&pag=2&size=n>.