domingo, 14 de agosto de 2011

Un estilo de vida: ¡Flashdance! La mujer que se desata de la vieja rivalidad entre géneros

Alex Owens (Jennifer Beals) es una chica que trabaja de día como soldadora en la Industria del acero; y, de noche, como bailarina en un cabaret local visitado por obreros de dicha industria (Obsérvese el contraste). Su sueño es llegar a ser una bailarina profesional... a este esfuerzo entrega todo su ser y hacer. Lo relevante de la propuesta cinematográfica, es que los realizadores de Flashdance así se titula este filme-musical de principios de los ochenta del siglo pasado, le asignan a Alex el personaje principal, un rol tradicionalmente masculino, para el cual se requiere, más que refinamiento, de resistencia física. Pero, en contraste, a dicho personaje le es ofrendado un sueño, un impulso emocional que la lleva a desarrollar su competencia como bailarina y que la convierte en una creadora de un modo particular de danzar, es decir, a transformarse en una apuesta sensible de carácter estético, que trasciende las viejas rivalidades de género y de imposiciones de época, que busca lo suyo, pero, ante todo, que marca un momento en este tipo de arte.


Un estilo de vida: ¡Flashdance! La mujer que se desata de la vieja rivalidad entre géneros


Alex Owens (Jennifer Beals) es una chica que trabaja de día como soldadora en la Industria del acero; y, de noche, como bailarina en un cabaret local visitado por obreros de dicha industria (Obsérvese el contraste). Su sueño es llegar a ser una bailarina profesional... a este esfuerzo entrega todo su ser y hacer. Lo relevante de la propuesta cinematográfica, es que los realizadores de Flashdance así se titula este filme-musical de principios de los ochenta del siglo pasado, le asignan a Alex el personaje principal, un rol tradicionalmente masculino, para el cual se requiere, más que refinamiento, de resistencia física. Pero, en contraste, a dicho personaje le es ofrendado un sueño, un impulso emocional que la lleva a desarrollar su competencia como bailarina y que la convierte en una creadora de un modo particular de danzar, es decir, a transformarse en una apuesta sensible de carácter estético, que trasciende las viejas rivalidades de género y de imposiciones de época, que busca lo suyo, pero, ante todo, que marca un momento en este tipo de arte.