lunes, 27 de junio de 2011

Literatos colombianos de hoy y su nivel de reconocimiento


Quién es quién en la literatura colombiana
"En cuanto a ventas, hay dos tipos de autores. Fugaces y "clásicos". En éstos, Gabo, Mutis, Carrasquilla, Rivera, Mejía Vallejo, se venden siempre porque los piden en los colegios": Felipe Ossa, librero.

Quién es quién en la literatura colombiana

ALCANZAR RECONOCIMIENTO EN el exterior por parte de los escritores nacionales no es pan comido. En muchas partes del globo sólo se conoce, de los nuestros, a Gabriel García Márquez. Los demás van abriéndose paso, muy lentamente, en las letras del mundo.
John Saldarriaga | Medellín | El Colombiano. Publicado el 27 de junio de 2011
Archivo | Algunos de los escritores que se abren paso en el exterior: Juan Manuel Roca.
Archivo | Laura Restrepo
Archivo | Antonio Úngar
Archivo | William Ospina
Archivo | Fernando Vallejo
Archivo | Juan Gabriel Vásquez
Archivo | Piedad Bonnet
Tan conocidos que nos resultan William Ospina y Jorge Franco y Laura Restrepo y Fernando Vallejo en nuestro medio y pensar que su obra, en otras latitudes, apenas se está abriendo paso.

Es que no vaya a creer que no es difícil eso de ir plantando su nombre en la mente de personas de otras partes del planeta. Es una labor lenta, denodada, que a veces no alcanza a lograrse en el tiempo de una vida humana.

Hay partes del globo donde no conocen de nuestro país una sola letra; en otras, en las que apenas saben que existe un escritor llamado Gabriel García Márquez, seguramente porque ganó el Nobel de Literatura en 1982.

En Canadá, por ejemplo, según nos cuenta David Santos, columnista de este diario, es así. Habló con varias personas y éstas "confirmaron lo que te dije, que no conocen más que a Gabo. La mayoría de gente lectora conoce a Colombia por García Márquez. De Mutis no conocen nada y de Vallejo han oído hablar y han leído algunas cosas. La virgen de los sicarios es un poco reconocida, pero quizá impulsada por la película".

Sin embargo, dice Santos, "de García Márquez conocen casi toda la obra. Cien años de soledad es un libro que toda librería tiene y expone en un lugar especial. Se considera el gran estandarte de la literatura en español. Casi todos los adultos con quienes hablé lo conocen".

En España, que parece tan cercana, "salvo García Márquez, no conocen ni a la madre que los parió -dice Víctor Sánchez, ilustrador colombiano conocido con el seudónimo Unomás-, mucho menos a Vallejo o Mutis. Este país es de lo más inculto que conozco. Es un mal endémico e histórico. (Manuel) Azaña y otros intelectuales españoles lo advirtieron: (el español es) hispanocéntrico, nuevo rico, y arribista. Aquí se cultiva el castellano más puro para denominar, por ejemplo, bambalinas: ahora dicen backstage".

Van dejando su firma

No obstante, hay escritores que, perseverando, van instalando sus obras por fuera de las fronteras nacionales.

William Ospina siente que su nombre y su obra, lentamente, los van conociendo más. Considera que el reconocimiento "es un fenómeno creciente. Cada vez que viajo a presentar mis obras tengo la percepción de que más personas me conocen".

Pensar que él es uno de los autores colombianos que más se conoce en el exterior.

El Rómulo Gallegos por El país de la canela debe haberle abierto puertas en Latinoamérica, especialmente para esa trilogía que integran, además del mencionado, Ursúa y La serpiente sin ojos, sobre temas coloniales.

Y, últimamente, En busca de Bolívar, un ensayo novelado que se vende por toneladas en supermercados, el cual exhiben al lado del pan y la leche y cerca de la caja registradora, le ha abierto puertas o, mejor, mentes de colombianos y extranjeros.

Voceros de Editorial Norma, consultados para este trabajo, creen que "es uno de los libros más vendidos en la historia de la literatura nacional". Y sostienen que tiene mercado en países hispanoamericanos, donde esa empresa tiene presencia.

Otros autores que van dejando huella en el exterior son Laura Restrepo, a quien el espaldarazo que le dio José Saramago por su novela Delirio, premio Alfaguara, ayudó a catapultarla; Jorge Franco, el de Rosario Tijeras, quien a pesar de su buen mercado en Colombia sostiene que todavía "no vivo exclusivamente de mis libros; debo ayudarme con la escritura de libretos y otros asuntos afines a la literatura"; Mario Mendoza, el de Satanás, novela que le valió el premio Biblioteca Breve de Seix Barral.

De los "clásicos" de la literatura colombiana, no se puede olvidar que José María Vargas Vila (Flor de fango) fue muy conocido y más valorado en Venezuela que en Colombia. Y Porfirio Barba Jacob (Canciones y elegías) logró un nicho en México y Guatemala en tiempos lejanos a la globalización.

Y de los poetas contemporáneos, no cabe duda de que Juan Manuel Roca (Biblia de pobres) es el más conocido en Latinoamérica.

Sus premios, entre ellos el Casa de las Américas de Poesía José Lezama Lima, y Casa de América de Poesía Americana, han ido haciendo sonar su nombre aquí y allá.

Por cierto, este escritor antioqueño cree que "un país que tiene entre sus poetas a Giovanni Quessep, Darío Jaramillo y al fallecido José Manuel Arango, es un país que tiene mucho que mostrar".

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Entrevista con Óscar Collazos

Una literatura con ideas políticas y sociales

Óscar Collazos es uno de nuestros escritores más conocidos en el exterior. Nació en Bahía Solano, ha vivido en distintos sitios de Colombia y el exterior. Hoy, en Cartagena. Autor de novelas como Adiós a la Virgen, Rencor, y Señor Sombra, habla sobre su escritura.

¿Para hablar con los términos de su generación, la suya es una literatura comprometida?

"Es cierto. Hace unos años, cuando un escritor no asumía una posición política y social manifiesta en sus escritos se decía que no hacía una literatura comprometida. Por mi parte, nunca concebí la literatura como forma de hacer propaganda ideológica o para subvertir las consciencias. En los libros, a veces la política está en el trasfondo. Acepto que un escritor se sienta incapaz de participar en lo político. Por escepticismo o para replegarse en la creación. En otra época rechazábamos eso. Ahora entiendo que eso tiene que ver con el carácter, la educación pública de cada uno".

¿Actualmente los narradores están más alejados de la política explícita que hace unos años?

"No creo que una diferencia entre mi generación y las posteriores sea la apatía y el desinterés político, sino que se asumió lo literario como totalidad".

» Contexto

En el país: por cuartos de hora

El librero Felipe Ossa, de la librería Nacional, que tiene presencia en todo el país, cuenta que en Colombia está ocurriendo un fenómeno igual al de todas partes del mundo: el de la fugacidad. "Un autor aparece de pronto y vende como endemoniado su obra durante dos meses... y después de eso desaparece como por arte de magia. Nadie pregunta por ellos".

Por eso, dice que "en este momento", los más vendidos en el país son: Héctor Abad Faciolince (Basura); Juan Gabriel Vásquez, premio Alfaguara de Novela por El ruido de las cosas al caer; Alberto Salcedo Ramos, La eterna parranda; Sergio Álvarez, 35 muertos; Antonio Úngar, Las orejas del lobo; Evelio José Rosero, Cuentos para matar un perro.

Hay quienes venden más en unas regiones que en otras. Roberto Burgos Cantor (Lo amador), Ramón Illán Bacca (Maracas en la ópera) y Óscar Collazos, venden como locos en la Costa.

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