martes, 15 de mayo de 2012

En el Día del Profesor... Por Raúl de J. Roldán Álvarez

Raúl de J. Roldán Álvarez y el maestro Fernando Botero
¡Felicidades por sus ochenta años querido Maestro!
Escasas son las palabras de agradecimiento para todos aquellos que lo han dado todo, incluso su propia vida, en beneficio de una Patria que busca la reconciliación con desesperación.

Escasas las manifestaciones de admiración, de aprecio y de comprensión, para todos aquellos docentes que dejaron la inutilidad de una vida pasiva y sin mérito y se arriesgaron a llevar su vocación a los pueblos más alejados de nuestra geografía nacional. Todo, sin más recursos que su pasión por ampliar los horizontes de una Patria todavía secuestrada por la pobreza, la corrupción gubernamental y los grupos al margen de la ley.

¿Saben? A veces me siento escaso frente a lo que sucede, de manera igual a aquellos colegas que, impotentes, no encuentran respaldo alguno para su ejercicio. Pero al día siguiente, luego de dormir un poco, esa extraña vocación que me embarga, me toma de la mano, y asegura para mí colores intensos y espacios abiertos, para el despunte de nuevos brotes de fe en la creatividad de las gentes de mi País.

No sé aun si estar volando con las alas prestadas de la vocación, me garantice llegar a las metas solícitas de un sistema, que me reclama estar alinderado y transparente ante sus insuficiencias. Solo sé que hay personas que caminan desesperadas por las calles de pueblos y ciudades y quieren encontrarle algún sentido social a todo su talento y expectativas. Entonces, ante esto, solo sé que algo debo ofrecerles, para hacer de mi nación una Patria menos lóbrega en la que el azul del cielo ilumine el rostro esperanzado de algunas de ellas...

Es que un docente real, solo puede ser aquel que logra traducir su oficio en una pasión por dar.

¡Amor y felicidad para todos mis Colegas en su día!

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